sábado, 9 de mayo de 2009

Historia de un cuento

Érase una vez un cuento, una maravilla para el lector y un orgullo para su autor. No tenía personajes mágicos, ni utopías, ni luchas ni guerras, solo era eso, un cuento. Salió de alguna mente preciosa que quiso escribirlo. Sin dudar en palabras y en misterios. Encontró entonces ese cuento una llave que abrió las puertas de todas las historias que alguna vez fueron leídas. Algunas de esas historias variaban, y ello dependía de la voz de la madre que a sus niños noche tras noche relataba.
Recuerdo que de pequeña no podía conciliar el sueño si no escuchaba alguna bella fábula, y quedaba pensativa en esa moraleja con la que al fin terminaba, tratando de comprender a fondo su significado. No existían dibujos, imágenes, todo estaba allí, dentro de mi mente, cada héroe y cada víctima cobraba vida gracias a mí, y si quería olvidarlos y encajonarlos en algún lugar, bastaba con una nueva historia.
Pero una noche dejaron de existir cuentos, magia, madres, niños. Aquellas llaves oxidadas dejaron de abrir las puertas a la fantasía. Como podría haber fantasía si el tiempo se ha llevado hasta las ganas de leer. Aquellos niños que no han disfrutado nunca del deleite de dormirse bajo un final feliz, crecen más rápido y con menos ilusiones en la vida.
¡Que será de mi entonces! Que sigo creyendo que un príncipe azul golpeará mi ventana, o que al final de un arco iris voy a encontrar una vasija llena de oro, que existen los bosques encantados donde gnomos, hadas y duendes conviven y me concederán todos los deseos que alguna vez pedí a una estrella fugaz.
¿Donde quedaron las alas de los sueños que los hacían volar? De vez en cuando me gustaría volver a ser niña y recuperar todas las alegrías y las tristezas que esos cuentos me daban. Mis ilusiones no se han borrado del todo, conservo un poco de fe y esperanza. Ojala estos niños que viven a la par de sus padres, le lleven un libro a la cama, se lo lean y le den el beso de las buenas noches, recordándoles que por algo estamos vivos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario